Intento masivo de usurpaciones

Masivo intento de usurpaciones donde tuvo que intervenir la policía en Andorra y Dos Banderas.

La titular de la comisaría 5ta, la comisario inspector Natalia Fernández, expuso cuestiones graves que se desprenden de los instrusamientos, como es la exposición de niños al frío y el riesgo de incendios en zonas sin comunicación ni vías de acceso para las unidades de bomberos. 

Personal policial de la comisaría 5ta, con asiento en el Valle de Andorra, en Ushuaia, intervino en el sector del asentamiento Dos Banderas, para evitar varios intrusamientos ilegales en el bosque, los intrusadores contaban con motosierras y machetes, en los fondos de la calle Monte Olivia, donde un grupo de personas fue sorprendido derribando árboles y encendiendo fogatas para cocinar alimentos. “En ese contexto se recorrió la zona visualizando materiales dispuestos para iniciar construcciones, tales como el armado de paneles de madera y tirantes, apoyados sobre el suelo” se informó desde esa dependencia. 

Durante la recorrida los uniformados encontraron a una pareja que estaba levantando una construcción, siendo identificados como Rodrigo Raúl Portillo, de 28 años y Consuelo García, de 26 años, quienes no contaban con ningún tipo de documentación que los habilitara a instalarse en el lugar. Los efectivos se comunicaron entonces telefónicamente con inspectores del área de Habitat Municipal y les proporcionaron fotografías y coordenadas. Ante el anuncio de que en breve llegaría una cuadrilla de desarme, la pareja desistió de continuar con su accionar y se retiró. 

Poco después el personal policial fue advertido por el secretario de Tierra y Habitat Municipal, Rodolfo Esteban Versen, que a unos 100 metros del ingreso del asentamiento Dos Banderas, se había detectado un grupo de más de 30 personas realizando construcciones irregulares, ante lo cual se organizaron gestiones para proceder al desarme de las precarias estructuras montadas. 

Fernández, confirmó que durante los días viernes, sábado y domingo, el personal de esa dependencia estuvo abocado a operativos relacionados con intrusamientos. “La primera intervención fue el viernes 23 de febrero en el barrio Dos Banderas, en la calle Monte Olivia al fondo, en donde un grupo de personas estaba realizando fogatas y tala de árboles. Cuando asistimos vimos que se estaba armando una edificación con paneles de madera. Procedimos entonces a identificar a una pareja que admitió que no tenía autorización municipal para instalarse allí. El personal policial se comunicó con el Municipio y se los intimó a cesar con la construcción, ante lo que accedieron y se retiraron”  comenzó informando la comisario. 

Agregó también que “al día siguiente, el sábado 24, debimos nuevamente intervenir en el sector Itatí, en donde se estaban armando casillas. Al hablar con la gente refirieron que todos tenían problemas habitacionales y que tampoco tenían ningún permiso. Al comunicarnos con el Municipio, nos respondieron que no tenían personal para enviar”. 

“El domingo el conflicto se localizó en el sector La Encantada, en donde nueve adultos y cinco menores se estaban instalando. Acudieron dos inspectores municipales e hicieron las intimaciones del caso pero las personas hicieron caso omiso. El personal municipal entonces se retiró, indicando que debía planificarse un operativo de desarme”. 

Consultada sobre la dinámica del procedimiento que se activa cuando se detecta una ocupación ilegal, la funcionaria policial explicó que “el órgano de contralor en el tema es el Municipio y es quien fija el protocolo a seguir. Los inspectores municipales hacen las intimaciones a los ocupantes ilegales y en caso que no accedan a retirarse, se hace una reunión en el Municipio y se genera un estudio socioambiental. En caso de que persistan en la negativa de retirarse, como son terrenos fiscales, el Municipio solicita la autorización para el operativo de desarme”. 

Sobre el origen de la mayoría de las personas que deciden intrusar el bosque para establecerse en construcciones de tablas y láminas plásticas, en algunos casos o con paneles montados previamente en otro sitio y encastrados sobre el terreno, la comisario dio a conocer que “son todos residentes de Ushuaia. Algunos tienen domicilios transitorios y otros están en situación de calle. Es la situación habitacional la que los lleva a esto. Las personas buscan los lugares y se asientan. Nosotros recibimos las alertas y los móviles de prevención los encuentran”. En lo que respecta a cómo logran introducir materiales de construcción en un sector de la ciudad en la que hay vigilancia contratada por el Municipio, además de la tarea de prevención de la Policía, Fernández respondió que “no es posible saber por qué sendero ingresan los materiales, los que suelen ser ligeros y fáciles de transportar, como tirantes y nylon”. 

Finalmente, la jefa de dependencia señaló con crudeza y claridad algunas cuestiones colaterales a los intrusamientos: “Cuando nosotros recibimos alertas por fogatas que se improvisan en el bosque, en tachos que se usan para cocinar, se advierte a la gente de las prohibiciones vigentes en cuanto al manejo del fuego. Más allá de la necesidad habitacional y la problemática económica, acá hay una cuestión de seguridad que no se está teniendo en cuenta. Toda la zona es boscosa, suele haber viento y en caso que algún fuego se propague no hay comunicación ni posibilidad de que accedan los móviles bomberiles por lo dificultoso del suelo. Además de este aspecto, vemos que en estas situaciones los menores son expuestos penosamente al frío y a otras inclemencias del tiempo”.